18 de abril 2020

Carlos Pigem: “Quiero jugar, pero el horizonte todavía no está nada claro”

El ilerdense Carlos Pigem (julio, 1990), al igual que el resto de los profesionales catalanes, sigue confinado en su casa familiar en Lleida, esperando que se levante el Estado de Alarma, y que poco a poco vuelva la normalidad, algo que no ve que pueda suceder a corto plazo. Ya empieza a tener problemas de conciliar el sueño, quizá con el ansia de querer recuperar su profesión lo antes posible y también ser un poco víctima de pasar tanto tiempo en casa, muy pendiente del móvil, cosa que espera frenar un poco. “No sé como irá esa vuelta a la normalidad, creo sinceramente que habrá un repunte del coronavirus y todo puede retrasarse mucho más”, explica con un aire un tanto pesimista. Y es que trata de llevar su rutina diaria, trabajando el swing con su entrenador a la distancia, Miguel Ángel Duque, y con los consejos de su preparador físico, Joan Solé, y el ‘coach’ mental, Joseba Del Carmen. Un trabajo diario en casa, del que trata de ser muy disciplinado, aunque reconoce no se puede comparar con estar en la zona de prácticas o saliendo al campo. “Es muy difícil tratar de mantener el juego y el físico en estas condiciones, pero hacemos lo que podemos”, dice, sin poder divisar el final de todo esto y mucho menos de volver a competir con regularidad.

 

Hasta el British Masters, nada

“No se puede preparar un calendario para jugar torneos si no sabemos cómo evoluciona la pandemia. El Tour sigue suspendiendo pruebas y nos ha dicho internamente que intentará arrancar en el British Masters, a final de agosto, pero nadie sabe qué ocurrirá con certeza”, explica a la FCGolf. Y es que Carlos, tiene claro que quiere volver a jugar lo antes posible, pero no a cualquier precio. “Yo quiero jugar, aunque con una situación calmada. Hay muchas cosas todavía en el aire que impiden ver el horizonte claro”, dice. “Hablan de juntar torneos como el Open de España, el Open de Portugal y Valderrama Masters, para no moverse demasiado geográficamente, pero ¿quién asegura que habrá aviones o hoteles en condiciones?”, asegura. “Luego, con la concentración de torneos, todos querrán jugar y los que tenemos una tarjeta parcial, sufriremos mucho para entrar, así que no parece fácil el futuro que nos espera”.

 

A puerta cerrada

Y no le importaría hacerlo a puerta cerrada. “Lo que queremos es jugar, ¿pero alguien se imagina una Ryder sin público?” se pregunta. No quiere hablar de temporada perdida, pero espera ver lo que sucede. “Lo más positivo es que paso tiempo con mis padres, cosa que no sucedía desde que tenía 16 años, y tiempo para hablar con más gente y amigos”. Y también comparte esta dura experiencia con otros jugadores como Emilio Cuartero o Pep Anglés, sin opción de jugar en el Challenge Tour, con los que realizará este domingo, un 'Instagram Live'. “Cuesta mucho motivarte tal como están las cosas, aunque solo espero que esto pase pronto y todo el mundo deje de sufrir una situación que no nos hubiéramos imaginado nunca unos meses atrás”, concluye.